-“Una oleada de calor los alcanzó.-
-Por el Ángel, aquí abajo es como el noveno círculo del infierno.-
-El noveno círculo del infierno es frío -replicó Tessa automáticamente.-
-¿Qué?-
-En el ‘Inferno’ -le explicó-. El infierno es frío. Está cubierto de hielo.
Él la siguió mirando durante un largo instante ; luego le tendió la mano.
-Deme la luz mágica . La piedra. Deme la piedra. En cuanto a la temperatura del infierno, señorita Gray -comentó él-, déjeme que le dé un consejo. El atractivo joven que está tratando de rescatarla de un terrible destino nunca se equivoca. Ni siquiera si dice que el cielo es lila y está plagado de erizos.-
-Will y Tessa (Pág 40)-
-Bonito lugar para vivir, ¿no te parece? Esperemos que hayan dejado algo atrás aparte de porquería. Una dirección adonde reenviar el correo, un par de piernas cortadas, una prostituta o dos…-
-Claro. Quizá, si tenemos suerte, aún podemos pillar la sífilis.-
-O la viruela demoníaca -sugirió Will alegremente . -. Siempre nos queda la viruela demoníaca.-
-La viruela demoníaca no existe.-
-Oh, tú, hombre de poca fe.”-
-Will y Jem (Pág 121)-
-No quiero ver a ese Benedict Lightwood y a sus horrorosos hijos a cargo del Instituto.-
-No son horrorosos -protestó Tessa.-
-¿Qué? -preguntó Will, sorprendido.-
-Gideon y Gabriel -insistió la chica-. Lo cierto es que son bastante guapos, nada horrorosos.-
-Me refería -explicó Will en un tono sepulcral- a las negras profundidades de sus almas.-
-Tessa resopló.-
-¿Y de qué color se supone que son las profundidades de tu alma, Will Herondale?-
-Malva -contestó él.-
(Pág 86)
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